Un
ensordecedor silencio habita la casa,
reposa
el polvo en el suelo, vacío de pisadas,
los
muebles crujen sin ser escuchados,
las
ventanas cerradas no mudan el estancado aire
y
alguna tela de araña balancea sus hilos
abandonados
por quien los tejió.
Desolada
visión de lo que un día fue un hogar.
Una
casa vacía de sensaciones
donde
no queda nada, ni dolor ni tristeza.
Donde
un día hubo risas y voces,
carreras
y música, saltos y cuentos,
hoy
hay soledad y mutismo,
un
inquieto sosiego.
Unas
paredes que oyeron secretos,
unos
cristales que devolvieron reflejos,
espejos
que retornaron miradas,
todo
ello casi sin vida,
viviendo
en un compás de espera,
esperando
la nada.
Un
tiempo agotado sin retorno,
acabado,
lleno de polvo...
Se respira silencio, soledad... en esa casa y donde las paredes escuchan el crujir de un vacío sin nombre ni espera.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por acercarte y comentar en mi orilla.
ResponderEliminarNos dejas aquí la descripción perfecta de una casa abandonada,: de un edificio que tuvo vida pero que ya solo son recuerdos que se alejan en el tiempo. Un tiempo agotado que ya es soledad.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Poema triste que cuenta la história do que ha sido un hogar...
ResponderEliminarSí... el tiempo pasa, el polvo inunda todo y los recuerdos se ván.... Asi es el tiempo que pasa en nuno hogar que no existe más...
Lindo y triste poema.... será la poeta nació en febrero???
Eso es típico de aquellos que nacen en ese mês..
Besos
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No hay nada más triste que la soledad y el vacío... y sin oir siquiera los ecos del pasado.
ResponderEliminarBesos abisales
menos mal que una casa no es un hogar, las primeras pasan y albergan nuevos mundos, los segundos van con nosotros a donde vamos.... y nos dan el calor para ser felices. Nos vemos.
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