jueves, 7 de febrero de 2013

AGRESIONES




Aún me quema la mejilla,
mi nariz sangra cual grifo dañado,
mis labios hinchados duelen,
mi cuero cabelludo se estremece
después de arrancarme mechones de pelo.
Tus ojos vidriosos y tus insultos.
Tu “porque yo lo digo”
Romperme lo recién comprado…
A pesar de correr para esquivar tus golpes,
a pesar de enfrentarme con razones,
a pesar del intento de no someterme,
tu furia cayó sobre mí como tantas veces.
No te bastaron tus fuertes manos aporreando,
no tuviste suficiente con empujones,
no te valieron tus puños de acero…
Una vez más, cual esclavo queriendo escapar,
un sinfín de latigazos cubrieron mi espalda.
Luego, la tensa calma.
Una voz por detrás pidiendo que no lo tenga en cuenta,
que tenga más cuidado para no enfadarle…
Me encierro en el baño a curar mis heridas,
seco mis lágrimas,
observo las marcas a través del espejo
y deseo que no se borren nunca,
para lastimar su conciencia.
Nunca se borraron.
Aún las veo.
Siento el escozor.
Todavía duelen.

 

6 comentarios:

  1. Aishhh niña que angustia... que escozor...
    que bien lo describes

    Besooooss

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  2. QUE BELLO POEMA, VALIENTE, INTENSO.
    ME ENCANTAN LOS POEMAS MELANCOLICOS.
    UN BESO GRANDE QUERIDA AMIGA.
    CARIÑOS MILES.

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  3. ¡Cuanto lo siento y no sabes cuanto!
    También sufrí agresiones con un cinturón, lo que más me duele (todavía) es que jamás me pidió perdón (puedes suponer quien)
    En mi blog poemas de vero y más escribí sobre ello, cuando encuentre el post te diré cual es.
    Besitos

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Gracias por tus palabras