Recogiendo
y poniendo orden.
Echando
ropa a lavar, colocando zapatos, organizando el desorden.
Y
algo llamó su atención, algo que abultaba en un sitio donde no debía haber
nada.
Con
curiosidad e intriga abrió la cremallera, metió la mano y lo sacó.
La
certeza ganó la batalla.
Entonces
decidió buscar hasta el último rincón.
Abrió
muebles, cajas, ropa…movió toda la habitación; se encaramó a una escalera y
buscó
de
norte a sur encontrando alguna señal más.
Una
carrera contra reloj pues se acercaba la hora de su llegada y lo quería dejar
acabado.
Buscó
y encontró; requisó y acabó con la tarea de ordenar.
Minutos
más tarde se encontró mirando sus manos, almacén de lo encontrado; aprisa lo
guardó, salió de casa y lo escondió…
Así
se aseguraba de que no se lo incautaran a ella.
Y a
seguir como si nada hubiese ocurrido, con sonrisas y buena cara. Disimular…
Pero
esto ¿tendrá que estallar?
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